Son contratos mediante el que una parte le deposita a otra una suma de dinero, a fin de que sea devuelto en un plazo acordado, más intereses
Empecemos por definir qué es un préstamo. Se trata de un contrato mediante el que una parte (el prestamista) le deposita a otra (el prestatario) una determinada suma de dinero, a fin de que sea devuelto en un plazo acordado, más los intereses. Usualmente, se recurre a los préstamos cuando se pretende hacer una adquisición muy ambiciosa o en situaciones de emergencia.
Los préstamos pueden ser a corto y a largo plazo.
El contrato a corto plazo es el más común dentro de una empresa, ya que es muy útil a la hora de cubrir los huecos producidos entre la tanda de pagos y de cobros, y también para adquirir inventario. Por lo general, los préstamos son pagados después de haber sido utilizados para propósitos como cuentas por cobrar y para la adquisición de inventario.
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En el préstamo a largo plazo, el contrato se realiza para suministrar dinero durante más de un año y hasta siete años. Las empresas lo usan para realizar mejoras o cambios en su estructura —la compra de una nueva sede entra en la misma categoría— y adquirir bienes a fin de potenciar las ganancias. Y precisamente de las ganancias se saca el monto a pagar esta clase de préstamos, que tienen un vencimiento que llega a los veinticinco años.Al ser operaciones muy cortas, es normal que se recurra a ellas en más de una oportunidad. Por lo tanto, es preciso tener en cuenta las comisiones: su precio total es muy alto. En cuanto al plazo propiamente dicho, debe ser pagado en un tiempo que, por lo general, abarca desde los tres meses hasta un año.